Supongo que debo dejarte ir.
Algunas mañanas, cuando despierto apurada con el celular en la mano, no recuerdo bien lo que soñé, ni que lugar contextualizaba mi sueño. Pero, tengo la certeza de que estabas tú en mi delirio nocturno, metida en medio de todos los vagos mundos que mi inconsciente es capaz de crear. He hecho casi todo para alejarte de mi cabecita terca, pero por alguna razón sigues aquí. Y sé que estás, porque nadie más me puede hacer despertar con esa emoción de vacío, de estar perdida en la vida. Es como si estuviera inválida. Antes de ti no me faltaba nada, todas las piezas que componían lo que soy venían de mi. Me perturba sentir a veces que necesito a alguien, odio necesitar o esperar cosas de la gente. Además, siempre supe que debía mantenerte distante, tenía muy claro que, de caer, caería muy bajo. Pero, ¿qué más da? Solo dije: "hay que hacer del amor algo irracional, porque TODO en el mundo lo pensamos y analizamos con porcentajes, pros y contras, beneficios, etc". Y heme aquí señorita, sin ningún otro discurso optimista que dar. Cansada ya de repetirme que todo estará bien. Ha pasado más de un mes (o dos quizás), en el que me he cegado para no saber de tu existencia, sin embargo apareces como sombra bajo todo lo que miro. Pero ya es momento, ahora de verdad debo dejarte ir, no físicamente, sino de mi corazón. Los recuerdos que ahora veo entre neblinas pronto deberían desaparecer. Y como se despide a alguien muy querido, que se va del país para siempre, te despediré yo a ti. En un tiempo pasarás a ser una vieja foto que se conserva en el álbum de la biblioteca. Seguiré viviendo, seguiré soñando.
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