Tal como yo, el mundo es.
Estoy a un paso de odiar eternamente al mundo,
por no ser lo que creía,
por mostrarme esa imagen de fiel cumplidor de utopías.
Pero a un paso infinito,
como los segundos de un minuto,
los minutos de una hora,
las horas de un día
y finalmente los segundos de un año.
Reprocho a la gente que camina por la calle,
a la que me mira con desconfianza,
pero ante todo, me regaño a mi misma.
Reprimenda tras reprimenda termino por quererme,
por lo que soy, lo que he sido y lo que voy a ser.
Y porrazo tras porrazo
he aprendido que el sendero que elijo no es fácil,
que de muchas puertas, pocas se abren
y que en definitiva
me gusta complicarlo todo un poco.
Derechos reservados © Ivonne Marquez Guzmán, 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario